lunes, 30 de julio de 2007

siren XXV

yo tuve unos ojos pardos... hermosamente pardos... unos ojos que brillaron bajo su sombra y bajo sus besos...

una noche en los campos grises... las luciérnagas entristecían sus manos y sus mejillas... en pueblos lejanos... los hombres se estrellan con sus cometas y con sus propios reflejos en los desiertos... las voces lo habían partido todo... porque eran voces inciertas simples artificios en una tarde que pretendía no quedarse... desaparecer entre los riscos y las tormentas... pero hubo luces en aquellos ojos... en aquellos labios... entonces las noches decidieron descansar hasta que el invierno concluyese... y se esfumara tras las colinas

No hay comentarios: